martes, 25 de febrero de 2020

Jane Eyre, Charlotte Brontë


   Leído para el reto "Clásicos grandes y pequeños", de Las Inquilinas de Netherfield, clásico en el que el personaje principal sea una mujer


   Jane Eyre es una niña huérfana que vive con su tía (Mrs. Reed) y sus primos. Su difunto tío Reed hizo prometer a su mujer en su lecho de muerte que la trataría como a una más de sus hijos, pero nada más lejos de la realidad. Sus primos (sobre todo su primo John) la maltrata y su tía Reed la castiga a ella. En una ocasión Jane se revuelve contra su primo y la encierran en la habitación donde murió su tío. El miedo hace que la pequeña vea fantasmas y se desmaya. Finalmente, su tía la envía a un colegio cuando tiene 10 años, Lowood, una institución para huérfanas. En el colegio hay una férrea disciplina y las condiciones de vida de las huérfanas no son muy buenas, la comida es escasa y de mala calidad y no tienen ropa adecuada para protegerse del frío. Jane se hace amiga de Helen Burns, que muere de tuberculosis. Se produce una epidemia de tifus en la que mueren varias alumnas y eso hace que las condiciones de vida mejoren un poco.

   Jane pasa allí ocho años (seis como alumna y dos como profesora). Cuando la señorita Temple, una de las profesoras, se casa y abandona el colegio, Jane siente que su sitio ya no está allí y decide poner un anuncio para trabajar como institutriz. Recibe respuesta de la señora Fairfax que le ofrece trabajo en una casa llamada Thornfield como institutriz de una niña de 8 años, Adèle Varens. Cuando Jane llega a la casa descubre que la señora Fairfax no es la dueña sino el ama de llaves, la casa es propiedad del señor Rochester, que pasa poco tiempo allí y Adèle es una niña que está a su cargo. La señora Fairfax le cuenta que en realidad el actual señor Rochester no era el heredero pero ha heredado todo tras la muerte de su padre y de su hermano mayor. Jane comienza su nuevo trabajo y es feliz allí. Un día, mientras va hacia el pueblo, se cruza con un hombre que se cae de su caballo, le ayuda a volver a subir y cuando vuelve a casa descubre que ese hombre es el señor Rochester.

   A partir de ahí ambos comienzan una extraña amistad. El señor Rochester es directo y abrupto, pero admira la inteligencia y el trabajo que Jane está haciendo con Adèle, y el hecho de que ella no se calle y le diga lo que opina de él con sinceridad y franqueza.

   Rochester comienza a tener confianza con Jane y le cuenta cosas de su vida, por ejemplo, que no sabe si Adèle es su hija, ya que es hija de una mujer francesa con la que tuvo una aventura y que dejó a la niña en su puerta asegurando que era hija suya. Y por eso, aunque tiene la duda, se está ocupando de la niña.

   Una noche Jane se despierta porque escucha unos ruidos y descubre que hay fuego en la habitación del señor Rochester. Este está durmiendo en su cama, que está en llamas. Jane consigue despertarlo y le salva la vida. Jane le dice que ha escuchado una risa extraña y que cree que es Grace Poole, una extraña criada que trabaja en la casa y Rochester le confirma que la risa es de ella, pero no quiere avisar a nadie.

   Un día el señor Rochester se marcha y vuelve al cabo de un tiempo con varios invitados. Entre ellos está Blanche Ingrand, una hermosa joven que parece llevarse muy bien con Rochester. Mientras los invitados están allí Jane es testigo de la complicidad entre Blanche y Rochester y descubre que se ha enamorado de él. Le entristece ver que la relación con Blanche va prosperando y que parece que van a casarse porque cree que ella no le quiere realmente, y descubre que es una joven bastante frívola.

   Un día aparece un extranjero amigo del señor Rochester, Richard Mason, que va a visitarlo. Esa noche se escuchan unos ruidos que despiertan a todos los invitados. Después de tranquilizarlos a todos y que vuelvan a sus habitaciones, Rochester le pide ayuda a Jane. Mason ha sido atacado y está muy malherido. Rochester deja a Jane cuidándolo mientras busca un médico que le atiende, y lo sacan de la casa antes de que los invitados despierten.

   El cochero de la tía Reed se presenta un día en la casa para decirle a Jane que su primo John ha muerto y su tía está muriendo también y ha pedido verla. Jane le pide permiso a Rochester para ausentarse y va a verla. Después de varios días consigue hablar con ella. Su tía le dice que hace 3 años le escribió un tío de Jane para decirle que había conseguido una fortuna y quería adoptar a su sobrina. Pero la tía Reed le dijo que Jane había muerto en la epidemia de tifus en Lowood, porque siempre había odiado a Jane porque el señor Reed la acogió y se preocupó por ella más que por sus hijos. Jane la perdona y la tía Reed muere.

   Cuando vuelve a Thornfield, Rochester le dice que va a casarse con Blanche, que Adèle va a ir a una escuela y ella necesitará un nuevo trabajo. Le dice que le ha buscado una colocación en Irlanda. Jane entonces estalla y le dice que eso está muy lejos de Thornfield y de él, que ella no puede estar tan lejos, que no es una máquina sin sentimientos. Rochester le dice entonces que nunca ha querido casarse con Blanche, que todo lo ha hecho para darle celos y conocer sus sentimientos y que está enamorado de ella y es con ella con quien quiere casarse. Fijan la boda para un mes después.

   El día de la boda van los dos solos a la iglesia. Cuando están allí dos hombres entran y dicen que no puede celebrarse la boda porque Rochester ya está casado. Uno de los hombres es Richard Mason, que resulta ser el hermano de la mujer de Rochester, y el otro es un abogado, Briggs, que le dice a Jane que le ha mandado su tío, porque ha descubierto que Rochester estaba ya casado y quería impedir que se casara con ella ilegalmente, pero está enfermo y por eso no ha podido ir él en persona.

   Rochester les lleva a todos a la casa, entran en una habitación cerrada y allí está Grace Poole. Grace no es una criada cualquiera, sino que está allí cuidando a una persona, Bertha Mason, la mujer de Rochester, que está loca y es bastante agresiva. Rochester les cuenta entonces que la familia de Bertha y la suya querían casarlos para unir el linaje de Rochester con la fortuna de Bertha y todos le ocultaron que Bertha padecía la misma enfermedad mental que su madre. Cuando Rochester lo descubrió ya era tarde y tiene que mantener a Bertha encerrada porque es peligrosa.

   Ya a solas Rochester le pide perdón a Jane por haberla engañado, pero le dice que no cree que sea justo que esté obligado a estar unido a esa mujer y renunciar a su amor y le propone vivir juntos como si fueran marido y mujer, aunque no lo sean legalmente.

   Jane huye de madrugada porque no puede aceptar esa vida, pero no sabe si será capaz de decirle que no a Rochester nuevamente. Huye prácticamente con lo puesto y está a punto de morir de hambre, pero la recogen los hermanos Rivers (sir John, Mary y Diana). Son tres hermanos de una familia venida a menos, por lo que las hermanas deben trabajar como institutrices y sir John es párroco en una pequeña parroquia. Jane adopta el nombre de Jane Elliot porque no quiere que nadie conozca su historia con Rochester y empieza a trabajar como maestra en una escuela para las niñas pobres del pueblo. Tiempo después sir John le cuenta que ha recibido una carta de Biggs donde le dice que el tío de Jane ha muerto y le ha dejado toda su fortuna. La carta la ha recibido sir John porque el abogado no ha podido encontrar a Jane y resulta que sir John, Mary y Diana son primos de Jane. Jane entonces decide compartir su herencia con ellos para que Mary y Diana puedan dejar los trabajos que odian y empiezan a vivir juntos. Sir John quiere irse a la India como misionero y le pide a Jane que se case con él y le acompañe. Jane le dice que puede acompañarle como hermana, pero sir John dice que no pueden viajar juntos sin estar casados. Así que Jane lo rechaza, porque no puede casarse con él porque ninguno de los dos ama al otro. Además, Jane ha intentado escribir a la señora Fairfax para saber algo de Rochester, pero no ha obtenido respuesta y necesita saberlo, así que decide ir a Thornfield.

   Cuando llega allí se encuentra la casa en ruinas. En el pueblo le cuentan que hubo un incendio, Bertha murió y el señor Rochester quedó ciego y perdió una mano y ahora vive como un ermitaño en otra propiedad que tiene. Jane se presenta allí y le declara su amor a Rochester. Se casan y forman una familia, tienen dos niños y Rochester acaba recuperando la vista. Jane cambia a Adèle a una escuela más cercana a la casa para que pueda pasar más tiempo allí. Mary y Diana también se casan y Sir John es feliz cumpliendo su vocación como misionero.

   Aunque lo he leído varias veces me sigue encantando cada vez que lo leo. Jane se guía siempre por sus principios y lo que ella cree que es lo correcto, aunque eso no la lleve siempre a la felicidad. Pero al final tiene su recompensa y después de todas las carencias que ha tenido consigue lo que ha querido siempre, una familia.


jueves, 13 de febrero de 2020

Los misterios de East Lynne, Ellen Wood


     Lectura que me sirve para el reto "Clásicos grandes y pequeños" de Las Inquilinas Netherfield, Clásico de un autor que leas por primera vez.

    William, el conde de Mount Severn está arruinado y se ve obligado a vender East Lynne, la mansión que posee en West Lynne. El comprador es Archibald Carlyle, un prestigioso abogado de West Lynne, aunque al principio llevan la venta en secreto para que los acreedores del conde no caigan sobre él. El conde está pasando una temporada en East Lynne con su hija lady Isabel Vane, pero se pone enfermo y muere. En ese momento se descubren todas sus deudas y que East Lynne es propiedad del señor Carlyle. Lady Isabel descubre que no tiene nada y debe ir a vivir con el señor Vane (heredero del título de su padre) y su esposa. Pero la esposa del nuevo conde de Mount Severn y lady Isabel no se llevan bien, por lo que la vida en esa casa es insoportable para Isabel. El señor Carlyle se ha enamorado de ella y le pide matrimonio. Ella duda en aceptarlo porque se siente atraída por Francis Levinson, un hombre que frecuenta la casa de los condes de Mount Severn porque tiene amistad con la condesa. Pero como Levinson no parece sentir ningún deseo de casarse con ella, y ella aprecia al señor Carlyle y quiere salir de esa casa, decide aceptarle. Y en un mes están casados.

     La boda supone una sorpresa para los parientes y amigos del señor Carlyle. Su hermana, la señorita Carlyle, quien le ha criado, no la aprueba porque cree que la vida que está acostumbrada a llevar lady Isabel le costará mucho dinero a su hermano. Decide irse a vivir con ellos y no le pone las cosas fáciles a lady Isabel. Para quien es un mazazo importante es para Barbara Hare, vecina del señor Carlyle que está enamorada de él y creía ser correspondida. Barbara le pide ayuda al señor Carlyle para limpiar el nombre de su hermano Richard, que fue acusado hace años de asesinar al señor Hallijohn, el padre de Afy, una muchacha de la que Richard estaba enamorado. Richard lleva huyendo desde entonces porque la justicia le busca y su propio padre, el juez Hare, ha jurado entregarlo si vuelve a verlo. Richard visita a su hermana y a su madre a espaldas de su padre y habla con el señor Carlyle, quien se convence de su inocencia.

     Van pasando los años, el matrimonio de Archibald e Isabel es feliz y han tenido tres hijos, pero la salud de ella se resiente. Los médicos le recomiendan un cambio de aires y viaja a la costa, fuera de Inglaterra. Allí coincide con Francis Levinson y los sentimientos que tenía hacia él reaparecen con más fuerza. Para no caer en la tentación, en una visita que el señor Carlyle le hace, lady Isabel le pide que la lleve a casa con él porque ya está mejor. Y así se aleja de Levinson. Levinson no puede volver a Inglaterra porque tiene muchas deudas, pero el señor Carlyle le ayuda hablando con su tío sir Peter (al que Levinson espera heredar algún día) y, mientras se solucionan sus deudas, Carlyle invita a Levinson a East Lynne.

     Levinson intenta seducir a Isabel. Le dice que Carlyle tiene una aventura con Barbara Hare. Isabel sabe que Barbara estuvo enamorada de Carlyle y los ve en varias ocasiones hablando a solas (están hablando de su hermano Richard y cómo limpiar su nombre, pero ella no lo sabe). Esto despierta sus celos y acaba fugándose con Levinson. Este la engaña diciéndole que cuando se divorcie de Carlyle se casarán, pero nunca lo hace a pesar de que tienen un bebé. Cuando Isabel se da cuenta de que la ha engañado le dice que no quiere saber nada más de él. Queda sola, sin medios económicos y con un hijo sin apellido.
El conde de Mount Severn, que siempre ha sentido simpatía hacia ella, va a verla y le ofrece dinero que ella rechaza, pero él insiste en ponerle una renta anual para que pueda vivir. En un viaje en tren se produce un accidente, el bebé de Isabel muere y ella queda muy mal herida y la dan por muerta.

     El señor Carlyle, aunque estaba divorciado y no había vuelto a mencionar el nombre de su esposa, no quería volver a casarse mientras ella siguiera viva porque no le parecía correcto. Al enterarse de su muerte, se casa con Barbara Hare.

     Lady Isabel sobrevive de milagro y al descubrir que la han dado por muerta y que el accidente ha desfigurado su rostro decide adoptar el nombre de madame Vine y se pone a trabajar como institutriz. Cuando la hija de la familia para que la trabaja recibe una propuesta de matrimonio, ella se queda sin trabajo y le buscan otro. Le proponen trabajar como institutriz de los hijos del señor Carlyle y, aunque sabe que le dolerá mucho, la idea de volver a ver a sus hijos le hace aceptar.  Se disfraza y, con los cambios que el accidente ha provocado en su rostro, nadie la reconoce. Sufre mucho al volver a su casa y ver a Archibald feliz con Bárbara y a sus hijos llamándola mamá.

     El señor Levinson ha heredado el título de sir Peter y se ha casado aunque su mujer en seguida se da cuenta de que está casada con un hombre egoísta, derrochador y que no la quiere. Como no tiene ingresos y está dilapidando su fortuna, sir Levinson decide meterse en política y su partido le hace presentarse como diputado por West Lynne. Su oponente es el señor Carlyle, al que todo el pueblo apoya. Cuando se van a celebrar las elecciones, se descubre que sir Levinson ha podido tener algo que ver con el asesinado de Hallijohn y es detenido. Hay un juicio y acaba confesando que él cometió el asesinato y Richard Hare queda libre para volver a casa. Sir Levinson es condenado a la horca, aunque al final cambian la pena por trabajos forzosos y cadena perpetua.

     Mientras ocurre esto, lady Isabel vive cada día más angustiada al ver la vida que ha perdido y que ahora pertenece a Barbara y porque uno de sus hijos, William, está enfermo. El pequeño acaba muriendo. Todo este sufrimiento hace mella en Isabel, que cae enferma. Cuando va a morir pide ver al señor Carlyle, le cuenta la verdad, le pide perdón, él la perdona y ella muere en paz.

     Barbara estaba de viaje en ese momento. A su vuelta el señor Carlyle le cuenta lo ocurrido porque no quiere que haya secretos en su matrimonio para que siga siendo un matrimonio feliz.

    A pesar de ser una novela bastante extensa me ha parecido muy amena, me ha atrapado desde el principio. Muestra cómo las pasiones humanas (el amor, los celos, las inseguridades…) pueden hacer que la vida de una persona cambie de un momento a otro y cómo, muchas veces, igual que le pasa a lady Isabel, no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Ella no era consciente de que el amor que sentía por Archibald era tan fuerte y se da cuenta al verle casado y feliz con Barbara.

     Es el primer libro que leo de esta autora, a la que no conocía, pero seguramente no será el último.

Los ilustres vínculos del señor Darcy, Abigail Reynolds

     Esta es una variación de la novela Orgullo y prejuicio de Jane Austen. En ella aparecen los personajes principales de la obra de Auste...