sábado, 2 de mayo de 2020

Norte y Sur, Elizabeth Gaskell

Libro leído para el reto "Todos los clásicos grandes y pequeños" de Las Inquilinas de Netherfield    "Clásico con adaptación en formato serie o miniserie"



   Margaret Hale es una joven de 18 años que ha pasado los últimos nueve viviendo en Londres con su tía Shaw, compartiendo su vida con su prima Edith como si fueran hermanas. Ahora Edith va a casarse con el capitán Lennox y Margaret volverá a vivir con sus padres. Su padre es clérigo y vive con su esposa en la rectoría de Helstone, una aldea en el sur de Inglaterra. Margaret vuelve por fin a su hogar y vive feliz, aunque le entristece un poco ver que su madre se queja porque le gustaría que su padre buscara un beneficio más próspero. Un día reciben la visita de Henry Lennox, hermano del capitán. Este le pide a Margaret matrimonio, pero ella le rechaza porque solo lo ve como un amigo.

   Días después los Hale deben dejar su hogar. El señor Hale ha renunciado a su oficio como clérigo porque tiene dudas que moralmente no le permiten seguir ejerciendo. Van a mudarse a la ciudad industrial de Milton, en el norte, donde el señor Hale va a trabajar como profesor particular.

   Uno de los alumnos del señor Hale es el señor John Thornton, el dueño de una de las fábricas más importantes de la ciudad. Margaret le toma antipatía desde el principio, a pesar de que a su padre le cae bien porque considera que un comerciante está por debajo de ellos socialmente. A Margaret le cuesta adaptarse a la vida en Milton. Para ella el sur representa lo idílico, la armonía, el decoro… mientras que el norte representa la suciedad, la violencia y la rudeza. Además en el norte le dan más importancia al dinero y al trabajo que a la educación. El señor Thornton comienza a frecuentar la casa de los Hale y entre él y Margaret surge desde el principio una atracción, aunque a la vez ambos sienten repulsión, ya que Margaret le desprecia por ser comerciante y él la desprecia a ella porque la considera demasiado altiva y pagada de sí misma.

   La señora Hale no termina de adaptarse a la ciudad. Su salud se va resintiendo y se encuentra cada vez peor. Cuando saben que es cuestión de tiempo que muera, la señora Hale le pide a Margaret que escriba a Frederick, ya que quiere verlo antes de morir. Frederick es el hermano mayor de Margaret. Vive en España con una identidad falsa, ya que fue acusado de participar en un motín y no puede volver a Inglaterra porque le juzgarán y seguramente le matarán. La señora Hale sabe que es arriesgado que vaya, pero quiere verle antes de morir, así que Margaret le escribe.

   Margaret conoce a una muchacha llamada Bessy Higgins y a su padre. Bessy está muy enferma y su padre trabaja en una de las fábricas de Milton y además pertenece al sindicato. En una de las visitas que Mary hace a los Higgins conoce al señor Boucher, un trabajador que no tiene dinero suficiente para mantener a su familia y va a pedirle ayuda a Higgins. Los trabajadores no están contentos con los salarios y están organizando una huelga.

   La salud de la señora Hale sigue empeorando y el médico les dice que le vendría bien un colchón de agua. La madre del señor Thornton tiene uno y Margaret va a pedírselo. Mientras está en la casa, que está situada al lado de la fábrica del señor Thornton, se produce una revuelta. Los obreros están furiosos porque el señor Thornton ha contratado obreros irlandeses para que trabajen, ya que ellos están en huelga y van a buscarlo. El señor Thornton va a la casa para comprobar que su madre y su hermana están bien y encuentra allí a Margaret. La señora Thornton y su hija se refugian en otra habitación de la casa, pero Margaret se queda con el señor Thornton en el salón. Le dice que debería salir a hablar con los obreros, que es un cobarde si no lo hace y él sale. Pero Margaret ve, horrorizada que algunos se están preparando para lanzarle cosas y, sin pensarlo, sale y le echa los brazos al cuello interponiéndose entre él y la multitud. Una piedra le da en la cabeza y se desmaya. El señor Thornton la lleva dentro y le confiesa que la ama, aunque ella no puede oírle. Le pide a su madre que la atienda porque él tiene que ir a la fábrica a comprobar que los obreros se encuentran bien, ya que la multitud va para allá. La señora Thornton llama al médico, Margaret se recupera e insiste en irse a casa porque no quiere preocupar a sus padres.

   Al día siguiente el señor Thornton va a ver cómo se encuentra Margaret. Le confiesa que está enamorado de ella y le da las gracias por salvarle. Pero ella se siente ofendida y le dice que habría salvado a cualquier hombre, que no lo ha hecho porque sienta nada por él. Él le dice que seguirá amándola aunque ella le desprecie y se marcha.

   El tiempo va pasando y la salud de la señora Hale está cada vez peor. El señor Thornton la visita, aunque intenta evitar a Margaret lo máximo posible. Mientras esperan a que llegue Frederick, Mary Higgins se presenta en casa de Margaret porque su hermana Bessy ha muerto. Margaret va a verla y consigue evitar que el señor Higgins se vaya a beber y, en lugar de eso, vaya a hablar con su padre.

   En una de las visitas que el señor Thornton hace a la señora Hale, esta le pide que le diga a su madre que la visite. La señora Thornton lo hace por su hijo, aunque es bastante reacia, ya que nunca le han gustado demasiado los Hale porque considera que se dan muchos aires, pero, desde que Margaret rechazó a su hijo, los desprecia, sobre todo a ella. La señora Hale le pide a la señora Thornton que cuide de su hija cuando no esté y la aconseje porque Margaret no tendrá ninguna figura materna cerca y ella accede.

   Finalmente, Frederick llega a la casa. Mantienen su visita en secreto, solo lo saben la familia y Dixon, la doncella de la señora Hale que lleva toda la vida con ellos. La señora Hale cumple su deseo de ver a su hijo y muere. Dixon les cuenta a Margaret y al señor Hale que se ha encontrado por la calle con Leonards, un antiguo conocido que le ha preguntado por Frederick y sabe lo del motín. Frederick está en peligro y debe marcharse. Frederick quiere casarse con Dolores, una muchacha a la que ha conocido en Cádiz y Margaret le dice que debería intentar limpiar su nombre por ella. Margaret escribe a Henry Lennox, que es abogado para ver si puede ayudar a su hermano y concierta una cita entre Frederick y él en Londres. Margaret acompaña a Frederick a la estación esa noche. Mientras esperan al tren aparece el señor Thornton que, al no saber quién es Frederick y ver que Margaret y él están cogidos de la mano en una actitud con mucha familiaridad, piensa que son amantes. Saluda a Margaret con mucha frialdad y se marcha. Están esperando en el andén y aparece Leonards, que intenta atrapar a Frederick, él le empuja para que le suelte y, como Leonards está borracho, cae al suelo. En ese momento llega el tren y Frederick se marcha.

   Al día siguiente Margaret y su padre van al entierro de la señora Hale. Allí aparecen el señor Higgins y Mary y, aunque Margaret no se entera, también el señor Thornton.

   Unos días después Margaret recibe la visita de un policía. Leonards ha muerto porque tenía una enfermedad provocada por la bebida, pero parece que su muerte se ha precipitado por una caída que sufrió en la estación. Hay un testigo que lo vio discutir con un hombre, que le empujó. El hombre estaba acompañado por una joven y el testigo la ha identificado a ella como esa joven. Margaret niega haber estado allí para proteger a su hermano. Mientras Margaret habla con el policía, el señor Thornton está en la casa hablando con el señor Hale. El policía ve salir al señor Thornton poco después y se acerca a hablar con él. Resulta que el señor Thornton es el magistrado que lleva el caso de Leonards, el policía le cuenta lo que ha dicho Margaret y el señor Thornton sabe que miente. Se reafirma en su idea de que ese hombre es el amante de Margaret y aún así decide ayudarla. Escribe una nota diciendo que Leonards murió por su enfermedad y, por tanto, se cierra la investigación. El policía vuelve a casa de Margaret para informarle y también le cuenta el papel que ha jugado Thornton. Ella entonces se siente mortificada porque el señor Thornton sabe que miente y no soporta que piense mal de ella. Ella se dice a sí misma que no lo soporta por el cariño que le tiene su padre porque no quiere admitir lo que siente realmente.

   En una de las visitas que Margaret hace a Higgins su padre la acompaña. Mientras están allí llegan unos hombres con el cadáver de Boucher, que se ha suicidado porque no tiene trabajo. El señor Higgins se pone a buscar trabajo entonces para mantener a los niños de los Boucher. No se lo dan en ningún sitio por pertenecer al sindicato. Margaret le dice que se lo pida al señor Thornton que en el fondo tiene buen corazón. Él lo hace. El señor Thornton le rechaza porque no se termina de creer que quiera ayudar a los niños de otro. Higgins le dice que no debería haber hecho caso a la mujer que le pidió que hablar con él y Thornton le dice que le diga a esa mujer que se meta en sus asuntos. Margaret vuelve a casa de Higgins, este le cuenta su entrevista con Thornton y ella le dice que siente haberle pedido que hablar con él, que la ha decepcionado. En ese momento entraba el señor Thornton y así descubre que fue ella quién le animó a hablar con él. Margaret se marcha. Thornton le dice a Higgins que ha ido para ofrecerle trabajo porque se ha informado de lo que ha pasado con Boucher y sabe que lo de los niños es cierto. Luego alcanza a Margaret, le dice que su secreto de la estación está a salvo con él, pero que debería ser más discreta. Le dice también que solo le habla como amigo de su padre, que las esperanzas que tenía ya se acabaron.

   El señor Bell, amigo del señor Hale y su padrino de boda, les hace una visita. Conoce al señor Thornton, aunque no simpatizan mucho. Cuando va a marcharse le pregunta al señor Hale si hay algo entre Margaret y Thornton. El señor Hale dice que no, pero, según va pasando el tiempo, el señor Thornton visita cada vez menos la casa. Un día el señor Hale le pregunta a Margaret si ha pasado algo entre Thornton y ella, y ella le cuenta que le pidió matrimonio y le rechazó.
  
   Van pasando los meses. Reciben carta de Frederick. Se ha casado con Dolores finalmente. El señor Lennox, a pesar de que lo ha intentado, no cree posible que le puedan absolver, así que Frederick ha renunciado a volver a Inglaterra.

   El señor Bell invita al señor Hale a hacerle una visita en Oxford. Estando allí, el señor Hale muere. Entonces Margaret vuelve a Londres a vivir con tía Shaw, Edith y su marido el capitán Lennox.  La tía Shaw pasa unos días en Milton con Margaret. Ella se despide de los Higgins y de la señora Thornton. Cuando está a punto de marcharse de la casa, aparece el señor Thornton y se despiden de forma un tanto fría.

   Tiempo después el señor Bell visita a Margaret en Londres y le propone acompañarla a visitar Helstone. Ella acepta encantada y, aunque hay muchos recuerdos dolorosos, puede visitar a antiguos amigos.

   Margaret vuelve a Londres. El señor Bell está proyectando acompañar a Margaret en una visita a España para ver a Frederick. El señor Bell escribe a Margaret para decirle que va a ir a visitarla, pero el día que debería llegar, llega una carta de su sirviente. Le dice que está muy enfermo. Margaret insiste en ir a verlo. El capitán Lennox la acompañan, pero cuando llegan ya ha muerto.

   Margaret se convierte en la heredera del señor Bell. Henry Lennox, que ha pasado mucho tiempo con ella desde que vuelve a vivir en Londres, se propone conquistarla. Edith, la tía Shaw y el capitán Lennox ven esa boda con buenos ojos y deciden hacer lo posible por ahuyentar a otros posibles pretendientes.

   Margaret invierte su dinero y se convierte en la casera del señor Thornton. Un día el señor Higgins le pregunta a Thornton si sabe algo de Margaret y si sabe si al final van a absolver a su hermano. El señor Thornton no sabe nada de Frederick y Higgins le cuenta lo que sabe de la visita que hizo a la señora Hale (ya que Mary trabajaba en la casa de los Hale en ese momento y se enteró de la visita). El señor Thornton comprende entonces que el hombre de la estación no era el amante de Margaret, sino su hermano.

   El negocio del señor Thornton va cada vez peor y debe vender la fábrica y dejar la casa.Va a Londres para arreglar unos asuntos y el señor Lennox le invita a una fiesta que Edith da en casa. Allí habla un poco con Margaret. Margaret le dice a Henry que quiere verlo al día siguiente. Henry piensa que quiere hablar de sus sentimientos, pero, cuando acaba la conversación con ella, Edith le está esperando, le pregunta qué ha pasado y Henry le dice que no van a casarse. Margaret tiene una cita con el señor Thornton porque él quiere rescindir el contrato con ella. Margaret le enseña entonces un plan que le ha pedido a Henry que haga para invertir su dinero en el negocio de Thornton e intentar salvarlo. Entonces Thornton se acerca a ella, la abraza y vuelve a declararse. Esta vez es ella la que no se considera digna de él, pero acaba aceptándole.

   De esta forma Margaret supera los prejuicios que tenía sobre el norte y las personas que viven allí y acepta sus sentimientos para poder ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los ilustres vínculos del señor Darcy, Abigail Reynolds

     Esta es una variación de la novela Orgullo y prejuicio de Jane Austen. En ella aparecen los personajes principales de la obra de Auste...