domingo, 29 de marzo de 2020

Diez negritos, Agatha Christie

Leído para el Reto "Clásicos grandes y pequeños" de Las Inquilinas de Netherfield Clásico de misterio / suspense / policíaco


     Ocho personas reciben una carta de una persona de su pasado a la que recuerdan vagamente, pero llevan mucho tiempo sin ver, que les invita a visitarla en su casa situada en la isla del Negro.

     Cuando llegan a la casa los reciben Mr. y Mrs. Rogers los criados. Los dueños de la casa, Mr. Owen y su esposa no están. A los criados los han contratado por carta (ellos no los han visto en persona) y en esa misma carta les han dejado instrucciones de lo que tienen que hacer hasta que ellos lleguen al día siguiente.

   Los invitados se instalan y van a cenar. En la habitación de cada invitado hay un cuadro con la letra de una vieja canción infantil:

     Diez negritos se fueron a cenar.
     Uno se ahogó y quedaron:
     Nueve.
     Nueve negritos trasnocharon mucho.
     Uno no se despertó y quedaron:
     Ocho.
     Ocho negritos viajaron por Devon.
     Uno se escapó y quedaron:
     Siete.
     Siete negritos cortaron leña con un hacha.
     Uno se cortó en dos y quedaron:
     Seis.
     Seis negritos jugaron con una colmena.
     A uno de ellos lo picó una abeja y quedaron:
     Cinco.
     Cinco negritos estudiaron derecho.
     Uno de ellos se doctoró y quedaron:
     Cuatro.
     Cuatro negritos se hicieron a la mar.
     Un arenque rojo se tragó a uno y quedaron:
     Tres.
     Tres negritos se pasearon por el zoo.
     Un oso los atacó y quedaron:
     Dos.
     Dos negritos estaban sentados en el sol.
     Uno de ellos se quemó y quedó:
     Uno.
     Un negrito se encontraba solo.
     Y se ahorcó, y no quedó
     ¡ninguno!

     En la mesa del salón encuentran diez figuritas negras.

     Después de cenar están todos reunidos en el salón cuando se escucha una voz que les acusa a cada uno de un crimen. La mayoría lo niega al principio, pero a lo largo del libro vamos descubriendo la verdad.

     El doctor Edward Armstrong es acusado de causar la muerte de Louisa Mary Clees, una paciente que murió porque él estaba borracho cuando la operó.

     Miss Emily Brent es responsable de la muerte de Beatriz Taylor, una chica que trabajaba para ella y a la que despidió cuando supo que estaba embarazada, porque según ella había tenido una conducta inmoral. Al verse despedida y repudiada por su familia, la chica se suicidó.

    Henry Blore es un expolicía y ahora detective al que acusan de la muerte de James Stephen Landor, un ladrón cuyo caso llevaba Blore y que fue condenado a trabajos forzados perpetuos, muriendo después de un año, ya que tenía una salud delicada. En realidad era inocente, pero sobornaron a Blore para que lo acusara.

     Vera Claythorne es acusada de matar a Cyril Hamilton. Vera era su institutriz y el niño se ahogó estando a su cuidado. Aparentemente fue un accidente, pero luego descubrimos que Vera estaba enamorada de Hugo, el tío de Cyril. Si Cyril moría Hugo heredaría todo el dinero y así Vera y él podrían casarse. El niño le pidió a Vera que le dejara nadar hasta las rocas y ella le dejó sabiendo que estaban lejos y que no podría llegar y se ahogaría. Incluso se metió en el agua como si fuera a ayudarle, pero sin llegar a tiempo.  Pero Hugo descubrió la verdad y la abandonó.

     Philip Lombard es acusado de dejar morir a 21 hombres miembros de una tribu de África Oriental, cosa que él reconoce, dice que tuvo que hacerlo para poder salvarse él.

     El general Macarthur es acusado de la muerte de Arthur Richmond. Era un soldado bajo su mando y él lo mandó a una muerte segura en el frente cuando descubrió de casualidad que Richmond era el amante de su mujer.

     A Anthony Marston lo acusan de matar a Jenifer Brady, una mujer para la que trabajaban, que se puso enferma, ellos avisaron al médico demasiado tarde y la mujer murió. A su muerte les dejó algo de dinero en herencia.

    El juez Wargrave es acusado de la muerte de Edward Seton, un hombre al que él juzgó y convenció al jurado de que declararan culpable porque lo conocía de antes y quiso vengarse.

     Descubren que la voz viene de un gramófono. Rogers dice que en la carta de las instrucciones le ordenaron poner el disco a esa hora, pero que él no tenía ni idea de lo que había en él.

     Las diez personas se dan cuenta de que los han engañado para ir a la isla y están atrapados allí, ya que solo pueden salir de la isla si el barquero que les llevó vuelve a por ellos.

     Después de esa noche, todas las personas van muriendo una a una. Cada vez que alguien muere desaparece una de las figuritas negras. La mayoría de las muertes se producen como dice la canción infantil:

     Anthony Marston muere ahogado. Se bebe una copa, se atraganta y muere. El doctor dictamina que muere envenenado, aparentemente un suicidio, aunque después sospechan que alguien puede haber puesto el veneno en su copa. (“Uno se ahogó”)

     Mrs. Rogers se desmaya cuando escucha las acusaciones y el doctor le da un somnífero. Se acuesta esa noche y por la mañana aparece muerta, aparentemente por un ataque al corazón (“Uno no se despertó”).

     El doctor, Blore y Lombard recorren la isla buscando al posible asesino, pero no encuentran a nadie. El general Macarthur pasa toda la mañana sentado fuera de la casa, mirando al mar y diciendo que todos van a morir. Cuando todos van a comer, el doctor va a buscarlo y se lo encuentra muerto. Lo han matado a golpes, según el doctor con un salvavidas probablemente.

     Mr. Rogers aparece muerto a la mañana siguiente. Estaba cortando leña cuando alguien le pegó con otro hacha en la cabeza (“uno se cortó en dos”).

     Emily Brent aparece muerta en el salón con la marca de un pinchazo de aguja en el cuello mientras una abeja zumba en la ventana (“a uno le picó una abeja”).

     El juez Wargrave muere de un tiro en la cabeza, pero vestido de magistrado, con una cortina roja a modo de toga y la lana gris de miss Brent como peluca (ambas cosas habían desaparecido con anterioridad) (“Uno de ellos se doctoró (en derecho) y murió”).

     El doctor Amstrong desaparece y también una de las figuritas. No lo encuentran por ninguna parte y se dan cuenta de que la siguiente estrofa de la canción dice “cuatro negritos se hicieron a la mar. Un arenque rojo se tragó a uno”, la expresión “arenque rojo” en inglés también significa “pista falsa”. Por tanto, creen que el doctor es el asesino y está escondido en alguna parte.

     Blore muere porque se le cae un reloj en forma de oso en la cabeza (“un oso los atacó”).

   Lombard y Vera tienen miedo de entrar en la casa por si el doctor está dentro. Van hacia los acantilados y descubren el cuerpo sin vida de Amstrong. Solo quedan ellos dos. Sospechan el uno del otro. Vera le dice a Lombard que deberían mover el cuerpo del doctor para que las olas no lo arrastren y, mientras lo mueven, aprovecha para robarle la pistola. Él se lanza a por ella, pero ella dispara y lo mata.

     Vera tiene hambre y sueño y decide volver a la casa. Cuando llega quedan tres figuritas, coge dos y las tira y se lleva la otra a su habitación. Cuando llega encuentra una silla y una cuerda preparadas para ahorcarse y lo hace porque recuerda lo que pasó con Cyril. (“Un negrito se encontraba solo. Y se ahorcó”).

     Cuando la policía descubre todos los cadáveres en la isla, se pregunta cómo ha podido ocurrir.

    Al final conocemos la verdad. El juez Wargrave es el asesino, escribe una confesión y la mete en una botella que tira al mar. Su primera víctima no está en la isla, es un tal Morris, que no va a la isla, pero es quien se encarga de comprar los víveres y es la persona que contacta con Lombard para que vaya a la isla. El juez elige diez víctimas por la canción de los diez negritos, diez personas que han cometido un crimen y, a sus ojos, no han pagado por él. Se infiltra en la isla como uno más de los invitados para llevar a cabo los asesinatos. Finge su muerte con ayuda del doctor, al que le cuenta que sospecha de Lombard. Esa noche había quedado con el doctor en los acantilados cuando todos dormían y lo mató empujándole. Cuando todos están muertos, el juez vuelve a su habitación y coloca el revólver de forma que al caer el peso sobre su mano se dispare y lo mate. Para que cuando los encuentre la policía él aparezca muerto de un tiro en la cabeza, tal y como dicen los diarios que escribieron algunos de los invitados de la casa.

    Es una novela con mucho suspense, que te mantiene en vilo hasta el final y acaba con un giro sorprendente.

jueves, 26 de marzo de 2020

La madre de Frankenstein, Almudena Grandes


 
 La madre de Frankenstein es el quinto libro de los Episodios de una guerra interminable de Almudena Grandes.

   En esta novela se cuenta la historia de tres personajes: Germán Velázquez, Aurora Rodríguez Carballeira y María Castejón. A lo largo del libro y con salto hacia delante y hacia atrás en el tiempo vamos conociendo sus historias.

   Germán es un joven psiquiatra que vuelve a España en 1954 después de 15 años de exilio en Suiza para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos. El director del manicomio le contrata para que pruebe con algunas pacientes esquizofrénicas un tratamiento que estaba aplicando en Suiza y funcionaba. En el manicomio, Germán se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una de las internas, una mujer a la que conoció a los 13 años y que le fascinó. También conoce a María Castejón, una joven auxiliar de enfermería.

   Cuando Germán sale exiliado es acogido por la familia del doctor Samuel Goldstein. El doctor es como un segundo padre para él. Germán se convierte en psiquiatra y acaba casándose con Rebecca, una de las hijas del doctor Goldstein, pero el matrimonio no sale bien, ya que ella está enamorada de otro hombre y acaban separándose. Cuando el doctor Robles le ofrece el puesto en Ciempozuelos su separación está bastante reciente, la relación con el doctor Goldstein se está volviendo incómoda y decide aceptarlo.

   Germán se interesa por sus pacientes y, por eso, cuando le obligan a suspender el tratamiento que las está ayudando porque hay personas con mucho poder a las que no les interesa que funcione, intenta hacer todo lo posible para evitarlo, aunque no lo consigue.

   Al menos, tiene la satisfacción de conseguir ayudar a María a escapar del penoso destino que le espera.

   Desencantado al ver que los poderosos mueven sus hilos y se salen con la suya decide volver a Suiza, aunque finalmente no lo hace. Viaja allí cuando muere el doctor Goldstein y, en el viaje, conoce a una azafata vecina suya, Lupe. Lupe está casada pero su marido la abandonó por otra mujer dejándola sola con su hija. Germán y ella empiezan una relación, y Germán se convierte un padre para Teresa, la hija de Lupe, ya que la conoce con 3 años y es el único padre que ella conoce. Germán deja de trabajar en el manicomio de Ciempozuelos para trabajar en otra clínica y dedica gran parte de su vida a escribir un libro sobre Aurora Rodríguez Carballeira, libro que le dedica a Lupe, a Teresa y a María Castejón.

   Aurora Rodríguez Carballeira es una mujer que asesina a su hija Hildegart porque considera que es una obra suya que no ha salido bien y, por tanto, tiene derecho a destruirla. Es una mujer que sufre paranoia y por eso es internada en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos. Las únicas personas con las que se relaciona allí son María Castejón, que va todas las tardes a leerle y su psiquiatra, Germán. Aunque no siempre quiere hablar con ellos. Finalmente, acaba muriendo de un cáncer de útero, que el provoca grandes dolores, a pesar de que Germán la ayuda todo lo que puede inyectándole morfina (primero ilegalmente, luego al final ya con el permiso del director del manicomio).

   María Castejón ha vivido casi toda su vida en el manicomio de Ciempozuelos. Sus padres murieron cuando era pequeña y ella vivió con sus abuelos, que vivían allí porque su abuelo era el jardinero. María no iba a la escuela porque su abuela no lo consideraba necesario así que doña Aurora decide enseñarla a leer y escribir y otras muchas cosas. Así, María pasa mucho tiempo con ella hasta que la prohíben volver a verla porque doña Aurora le regala una muñeca que su abuela considera inmoral. Además, doña Aurora se enfada con ella porque cree que la ha traicionado, porque ella había construido unos muñecos a los que consideraba sus hijos y, cuando la abuela de María descubre la muñeca, ella, su abuelo y otros trabajadores del manicomio van a la habitación de doña Aurora y los destruye. Ahora que ya es mayor, María sigue teniéndole mucho cariño a doña Aurora y todas las tardes va a leer para ella, ahora que ella ya no puede ver.

   Con 15 años María se va a Madrid a servir en una casa. Allí lleva una vida más o menos feliz, se hace amiga de Rosario, otra chica que sirve en la casa. Pero un día llega Alfonso, el sobrino de la señora de la casa a pasar una temporada allí. Engaña a María y la seduce, para después marcharse sin decirle nada.

   Tiempo después María ha vuelto al manicomio para cuidar de su abuela, que ya no puede valerse por sí misma y trabajar como auxiliar de enfermería. Alfonso, que es médico, trabaja allí, vuelve a seducir a María y la deja embarazada para volver a abandonarla después.  Uno de los médicos del manicomio, la ayuda a abortar sin que nadie lo sepa. Sin embargo, años después la hermana Belén, que dirigía el manicomio, es sustituida por la hermana Anselma. Esta habla con María para decirle que conoce su secreto y que si no se casa con Juan Donato (un viudo al que todo el mundo considera casi un santo) la denunciará a ella y a quien le ayudó.

   María está dispuesta a sacrificarse, pero, cuando conoce más a Juan Donato, se da cuenta de que él solo piensa en acostarse con ella y su futura suegra no la acepta y promete hacerle la vida imposible. Aún así está dispuesta a sacrificarse, pero antes decide pasar una semana en Madrid con Germán. Ambos están de vacaciones y pasan la semana juntos. Germán decide ayudarla a escapar. Con ayuda de su hermana y un amigo consiguen una documentación falsa y María, con la excusa de ir a encargar su vestido de novia, va a Madrid y consiguen sacarla de allí. Viaja a Mallorca, donde sigue formándose y trabajando como enfermera. Allí conoce a una familia de Manchester, un hombre que ha tenido un derrame y su mujer. La mujer le pide que se vaya con ellos a Manchester a cuidar de su marido y ella acepta. Allí conoce a un hombre con el que acaba casándose y teniendo dos hijos. María no es del todo feliz, ya que, aunque quiere mucho a su marido y él a ella, no se lleva bien con la familia de él y discuten mucho por eso. Un día descubre en un periódico una entrevista de Germán y así se entera de que ha escrito un libro sobre doña Aurora. Germán ha intentado buscarla para que lea el libro, pero no recuerda el nombre de la documentación falsa y no consigue encontrarla. Cuando lee la entrevista ella encarga el libro en una librería, así que finamente acaba leyéndolo, aunque Germán no lo sepa.

lunes, 9 de marzo de 2020

Oliver Twist, Charles Dickens

Oliver Twist, Charles Dickens

Leído para el reto "Clásicos grandes y pequeños" de Las Inquilinas de Netherfield Clásico ambientado en Londres.


    Oliver Twist es un pequeño huérfano que nace en un hospicio al que su madre llega agotada y a punto de dar a luz. La joven madre muere en el parto y el pequeño es criado en el hospicio. Al principio vive en una casa con otros huérfanos y una mujer que se ocupa de cuidar a los huérfanos más pequeños a cambio del dinero que le da la parroquia, pero en realidad los maltrata y los mata de hambre.

    Cuando Oliver tiene 9 años, el señor Bumble, el celador del hospicio va a buscarlo y lo lleva al hospicio, donde vivirá a partir de ahora y le enseñarán un oficio. Allí siguen pasando hambre porque les dan raciones muy pequeñas de comida, así que deciden que uno tiene que pedir más comida esa noche, lo echan a suertes y le toca Oliver. Cuando Oliver acaba su cena, se acerca a la persona que lo está repartiendo y le pide un poco más. El señor Bumble y la junta que lleva la organización del hospicio no dan crédito, consideran que Oliver es un desagradecido, lo aíslan de sus compañeros y ponen un cartel ofreciendo 5 libras a quien se lo lleve como aprendiz.

    Un deshollinador quiere llevárselo, pero es un hombre muy cruel. Cuando van al juzgado para que el juez firme el contrato Oliver no puede evitar llorar porque no quiere irse con él y al juez no le gusta el aspecto del hombre así que no lo firma y Oliver vuelve al hospicio. Finalmente acaba como aprendiz del señor Sowerberry, un fabricante de ataúdes. El señor Sowerberry es bueno con él y Oliver empieza a aprender el oficio y no parece dársele mal. Pero en la casa vive Noah Claypole, un acogido que también ayuda al señor Sowerberry. Se considera superior a Oliver y, celoso porque ve que Oliver está avanzando más que él, empieza a provocar al niño hablando mal de sus padres hasta que Oliver con un ataque de rabia empieza a pegarle. Llegan la señora Sowerberry y Charlotte, la criada y lo encierran hasta que llegue el señor Sowerberry. Cuando llegan le cuentan la historia exagerando la reacción de Oliver y poniéndose de parte de Noah. El señor Sowerberry parece querer creer al pequeño, pero como su esposa dice lo contrario y Oliver la llama mentirosa, tiene que castigarle. Esa noche Oliver se escapa y va rumbo a Londres.

    Llega allí medio muerto después de caminar mucho y comer poco. Allí se lo encuentra un chico de su edad, John Dawkins, más conocido como el Artero Perillán, que le propone ir con él a un lugar donde le darán casa y trabajo. Llegan a una casa donde vive Fagin, un viejo judío y otros niños, que juegan a un juego que consiste en sacar cosas de valor de los bolsillos de Fagin sin que él se entere.

    Oliver pasa unos días encerrado en la casa hasta que Fagin le dice que debe salir con Perillán y otro chico. Oliver descubre entonces que a lo que se dedican es a robar. Ven a un señor en la puerta de una librería distraído leyendo unos libros e intentan robarle. Alguien se da cuenta, empieza a gritar y echan a correr. Oliver entonces sale corriendo también y al verle correr creen que ha sido él. Lo persiguen, lo cogen y lo llevan a comisaría, mientras los otros dos chicos huyen. Una vez en comisaría están a punto de condenarlo, pero aparece el librero y él dice que ha visto al ladrón y no es Oliver, así que lo dejan libre. Pero con la conmoción Oliver está muy enfermo y casi se desmaya.

    El hombre al que han robado, el señor Brownlow se apiada de él y se lo lleva a su casa. Oliver pasa un tiempo allí, se recupera y tanto el señor Brownlow como el ama de llaves se encariñan mucho con él. Un día el señor Brownlow recibe unos libros, pero cuando va a devolver otros y a pagarlos el chico de la librería ya se ha ido. Oliver quiere ser útil y le pide que le deje llevarlos a él. Un amigo del señor Brownlow le dice que está loco, que Oliver se va a ir con los libros y el dinero y no va a volver. El señor Brownlow confía en él. Pero Oliver no vuelve. Cuando los dos chicos vuelven a casa de Fagin sin Oliver, este se enfada y quiere recuperarlo. Mandan a Nancy, una chica que trabaja para él a que averigüe dónde está. Nancy va a la comisaría fingiendo que Oliver es su hermano, que se ha escapado de casa y lo están buscando, y descubre dónde está. Vigilan la casa y el día que Oliver sale a llevar los libros, ella y Bill Silkes, un compinche de Fagin, lo secuestran y vuelven a llevarlo a la casa del judío.

    Lo mantienen encerrado allí hasta que Silkes va a buscarlo un día porque él y otro ladrón quieren usarlo para robar en una casa, ya que necesitan un niño de su tamaño que puedan colar por una ventana pequeña y abrirles luego la puerta. Cuando entran en la casa, Oliver intenta pedir ayuda a la gente que vive dentro, ya que él no quiere robar, pero un criado ha oído ruidos y sospechando que son ladrones, aparece con un arma y dispara a Oliver. Los ladrones consiguen sacarlo y se lo llevan medio desmayado. Como no pueden huir con él así lo abandonan en una zanja.

    Mientras ocurre esto la señora Corney, directora del hospicio donde nació Oliver está teniendo una conversación con el señor Bumble, ambos están coqueteando, cuando la señora Corney es llamada para atender a una mujer que está a punto de morir y quiere hablar con ella. La mujer le dice que ella atendió a la madre de Oliver en el parto y que le robó algo que la joven le pidió que guardara para el niño. Antes de decirle qué es la mujer muerte. La señora Corney vuelve junto al señor Bumble y este le pide matrimonio.

    Oliver se despierta en la zanja, consigue llegar a la casa donde iban a robar, donde viven la señora Milley y su sobrina Rose. Oliver cuenta su historia, ambas damas le acogen en su casa y se lo llevan después al campo. Oliver quiere ir a ver al señor Brownlow para contarle lo que ocurrió y que no piense que es un ladrón, pero cuando van a verlo se encuentran con que está fuera del país.

    Cuando solo lleva dos meses casado con la señora Corney el señor Bumble ya está arrepentido, a pesar de que le han ascendido a director del hospicio. En una taberna se encuentra con un hombre llamado Monks, que le pregunta por la mujer que asistió en el parto a la madre de Oliver. El señor Bumble le dice que él no sabe nada, pero conoce a una persona que sí, así que conciertan una cita. El señor la señora Bumble acuden a la cita y allí descubrimos que cuando la mujer murió, aunque no le dijo a la señora Bumble qué era lo robado, esta descubrió que tenía un papel en la mano de una casa de empeños, fue allí y desempeñó el objeto, que resultó ser una joya con el nombre de Agnes grabado. Monks les paga y tira el objeto al río, para que se pierda para siempre.

    Nancy escucha una conversación entre Monks y Fagin hablando sobre Oliver. Monks le dice a Fagin que el trato era que Oliver trabajara para él y se convirtiera en ladrón, que afortunadamente la única prueba de su identidad ha sido destruida y que lo odia y si pudiera lo mataría. Nancy, que en fondo siempre ha sentido cariño por Oliver va a casa de la señorita Milley y le cuenta la conversación. Quedan en volver a verse el domingo por la noche, pero Nancy no puede acudir a la cita porque no puede escaparse, aunque lo intenta. Acude al siguiente domingo y les cuenta a Rose y al señor Brownlow todo lo que sabe sobre Monks para que lo cojan y, por la descripción que da de él, el señor Brownlow parece reconocerlo.

    Fagin que ve a Nancy muy rara y cree que tiene nuevos amigos que igual pueden trabajar para él envía a Noah Claypole (que ahora trabaja para él con Charlotte porque ambos han escapado de Londres después de robar al señor Sowerberry) a que la siga. Noah les cuenta todo lo que ha oído. Fagin se lo cuenta a Bill y este, en un arrebato de ira, mata a Nancy. Luego huye pero acaba muriendo ahorcado intentando escapar de la policía.

    Monks resulta ser hijo de un antiguo amigo del señor Brownlow que se separó de la madre de Monks y años después se enamoró de Agnes, a la que dejó embarazada. Antes de morir dejó un testamento en el que dejaba dinero a Agnes y a su futuro hijo siempre que durante la infancia fuera un muchacho honrado y no se dedicara a nada ilícito. La madre de Monks destruyó el testamento, pero, por si acaso, Monks buscó a su hermano y, al encontrarlo, llegó a un acuerdo con Fagin para que lo convirtiera en un ladrón y así no poder heredar. El señor Brownlow lleva a Monks a su casa por la fuerza, le dice que sabe toda la historia y que si no confiesa le entregará a la policía, así que Monks lo confiesa todo y así Oliver consigue su herencia.

    El señor y la señora Bumble pierden sus empleos por haber vendido la joya a Monks y acaban siendo pobres en el asilo que una vez dirigieron. Fagin es detenido, juzgado y ahorcado.

    Se descubre que la señorita Rose es en realidad hermana de Agnes, es decir, tía de Oliver. Cuando era pequeña sus padres murieron y fue recogida y criada por una familia pobre hasta que luego empezó a vivir con la señora Milley, que la acogió como una sobrina. Harry, el hijo de la señora Milley está enamorado de Rose y ya se había declarado a ella, pero ella le rechazó porque consideraba que las circunstancias de su familia podían perjudicarle en su posición social. Harry le dice que ha renunciado a todo y va a ser pastor en una parroquia y que sigue queriéndola, así que se casan, y la señora Milley va a vivir con ellos. Oliver es adoptado por el señor Brownlow y se van a vivir cerca de Harry y Rose.

    La vida de Oliver está llena de desgracias por culpa de la ambición de los demás, pero sus buenas acciones acaban teniendo su recompensa y consigue ser feliz como merece.

Los ilustres vínculos del señor Darcy, Abigail Reynolds

     Esta es una variación de la novela Orgullo y prejuicio de Jane Austen. En ella aparecen los personajes principales de la obra de Auste...