Libro leído para el reto "Todos los clásicos grandes y pequeños" de
Las Inquilinas de Netherfield "Clásico con adaptación en formato serie o miniserie"
Margaret Hale es una joven de 18 años que
ha pasado los últimos nueve viviendo en Londres con su tía Shaw, compartiendo
su vida con su prima Edith como si fueran hermanas. Ahora Edith va a casarse
con el capitán Lennox y Margaret volverá a vivir con sus padres. Su padre es
clérigo y vive con su esposa en la rectoría de Helstone, una aldea en el sur de
Inglaterra. Margaret vuelve por fin a su hogar y vive feliz, aunque le
entristece un poco ver que su madre se queja porque le gustaría que su padre
buscara un beneficio más próspero. Un día reciben la visita de Henry Lennox,
hermano del capitán. Este le pide a Margaret matrimonio, pero ella le rechaza
porque solo lo ve como un amigo.
Días después los Hale deben dejar su
hogar. El señor Hale ha renunciado a su oficio como clérigo porque tiene dudas
que moralmente no le permiten seguir ejerciendo. Van a mudarse a la ciudad
industrial de Milton, en el norte, donde el señor Hale va a trabajar como
profesor particular.
Uno de los alumnos del señor Hale es el
señor John Thornton, el dueño de una de las fábricas más importantes de la
ciudad. Margaret le toma antipatía desde el principio, a pesar de que a su
padre le cae bien porque considera que un comerciante está por debajo de ellos
socialmente. A Margaret le cuesta adaptarse a la vida en Milton. Para ella el
sur representa lo idílico, la armonía, el decoro… mientras que el norte
representa la suciedad, la violencia y la rudeza. Además en el norte le dan más
importancia al dinero y al trabajo que a la educación. El señor Thornton
comienza a frecuentar la casa de los Hale y entre él y Margaret surge desde el
principio una atracción, aunque a la vez ambos sienten repulsión, ya que
Margaret le desprecia por ser comerciante y él la desprecia a ella porque la
considera demasiado altiva y pagada de sí misma.
La señora Hale no termina de adaptarse a
la ciudad. Su salud se va resintiendo y se encuentra cada vez peor. Cuando
saben que es cuestión de tiempo que muera, la señora Hale le pide a Margaret
que escriba a Frederick, ya que quiere verlo antes de morir. Frederick es el
hermano mayor de Margaret. Vive en España con una identidad falsa, ya que fue
acusado de participar en un motín y no puede volver a Inglaterra porque le
juzgarán y seguramente le matarán. La señora Hale sabe que es arriesgado que
vaya, pero quiere verle antes de morir, así que Margaret le escribe.
Margaret conoce a una muchacha llamada
Bessy Higgins y a su padre. Bessy está muy enferma y su padre trabaja en una de
las fábricas de Milton y además pertenece al sindicato. En una de las visitas
que Mary hace a los Higgins conoce al señor Boucher, un trabajador que no tiene
dinero suficiente para mantener a su familia y va a pedirle ayuda a Higgins. Los
trabajadores no están contentos con los salarios y están organizando una
huelga.
La salud de la señora Hale sigue
empeorando y el médico les dice que le vendría bien un colchón de agua. La
madre del señor Thornton tiene uno y Margaret va a pedírselo. Mientras está en
la casa, que está situada al lado de la fábrica del señor Thornton, se produce
una revuelta. Los obreros están furiosos porque el señor Thornton ha contratado
obreros irlandeses para que trabajen, ya que ellos están en huelga y van a
buscarlo. El señor Thornton va a la casa para comprobar que su madre y su
hermana están bien y encuentra allí a Margaret. La señora Thornton y su hija se
refugian en otra habitación de la casa, pero Margaret se queda con el señor
Thornton en el salón. Le dice que debería salir a hablar con los obreros, que
es un cobarde si no lo hace y él sale. Pero Margaret ve, horrorizada que
algunos se están preparando para lanzarle cosas y, sin pensarlo, sale y le echa
los brazos al cuello interponiéndose entre él y la multitud. Una piedra le da
en la cabeza y se desmaya. El señor Thornton la lleva dentro y le confiesa que
la ama, aunque ella no puede oírle. Le pide a su madre que la atienda porque él
tiene que ir a la fábrica a comprobar que los obreros se encuentran bien, ya
que la multitud va para allá. La señora Thornton llama al médico, Margaret se
recupera e insiste en irse a casa porque no quiere preocupar a sus padres.
Al día siguiente el señor Thornton va a
ver cómo se encuentra Margaret. Le confiesa que está enamorado de ella y le da
las gracias por salvarle. Pero ella se siente ofendida y le dice que habría
salvado a cualquier hombre, que no lo ha hecho porque sienta nada por él. Él le
dice que seguirá amándola aunque ella le desprecie y se marcha.
El tiempo va pasando y la salud de la
señora Hale está cada vez peor. El señor Thornton la visita, aunque intenta
evitar a Margaret lo máximo posible. Mientras esperan a que llegue Frederick, Mary
Higgins se presenta en casa de Margaret porque su hermana Bessy ha muerto.
Margaret va a verla y consigue evitar que el señor Higgins se vaya a beber y,
en lugar de eso, vaya a hablar con su padre.
En una de las visitas que el señor
Thornton hace a la señora Hale, esta le pide que le diga a su madre que la
visite. La señora Thornton lo hace por su hijo, aunque es bastante reacia, ya
que nunca le han gustado demasiado los Hale porque considera que se dan muchos
aires, pero, desde que Margaret rechazó a su hijo, los desprecia, sobre todo a
ella. La señora Hale le pide a la señora Thornton que cuide de su hija cuando
no esté y la aconseje porque Margaret no tendrá ninguna figura materna cerca y
ella accede.
Finalmente, Frederick llega a la casa.
Mantienen su visita en secreto, solo lo saben la familia y Dixon, la doncella
de la señora Hale que lleva toda la vida con ellos. La señora Hale cumple su
deseo de ver a su hijo y muere. Dixon les cuenta a Margaret y al señor Hale que
se ha encontrado por la calle con Leonards, un antiguo conocido que le ha
preguntado por Frederick y sabe lo del motín. Frederick está en peligro y debe
marcharse. Frederick quiere casarse con Dolores, una muchacha a la que ha
conocido en Cádiz y Margaret le dice que debería intentar limpiar su nombre por
ella. Margaret escribe a Henry Lennox, que es abogado para ver si puede ayudar
a su hermano y concierta una cita entre Frederick y él en Londres. Margaret
acompaña a Frederick a la estación esa noche. Mientras esperan al tren aparece
el señor Thornton que, al no saber quién es Frederick y ver que Margaret y él
están cogidos de la mano en una actitud con mucha familiaridad, piensa que son
amantes. Saluda a Margaret con mucha frialdad y se marcha. Están esperando en
el andén y aparece Leonards, que intenta atrapar a Frederick, él le empuja para
que le suelte y, como Leonards está borracho, cae al suelo. En ese momento
llega el tren y Frederick se marcha.
Al día siguiente Margaret y su padre van
al entierro de la señora Hale. Allí aparecen el señor Higgins y Mary y, aunque
Margaret no se entera, también el señor Thornton.
Unos días después Margaret recibe la
visita de un policía. Leonards ha muerto porque tenía una enfermedad provocada
por la bebida, pero parece que su muerte se ha precipitado por una caída que
sufrió en la estación. Hay un testigo que lo vio discutir con un hombre, que le
empujó. El hombre estaba acompañado por una joven y el testigo la ha
identificado a ella como esa joven. Margaret niega haber estado allí para
proteger a su hermano. Mientras Margaret habla con el policía, el señor
Thornton está en la casa hablando con el señor Hale. El policía ve salir al
señor Thornton poco después y se acerca a hablar con él. Resulta que el señor
Thornton es el magistrado que lleva el caso de Leonards, el policía le cuenta
lo que ha dicho Margaret y el señor Thornton sabe que miente. Se reafirma en su
idea de que ese hombre es el amante de Margaret y aún así decide ayudarla.
Escribe una nota diciendo que Leonards murió por su enfermedad y, por tanto, se
cierra la investigación. El policía vuelve a casa de Margaret para informarle y
también le cuenta el papel que ha jugado Thornton. Ella entonces se siente
mortificada porque el señor Thornton sabe que miente y no soporta que piense
mal de ella. Ella se dice a sí misma que no lo soporta por el cariño que le
tiene su padre porque no quiere admitir lo que siente realmente.
En una de las visitas que Margaret hace a
Higgins su padre la acompaña. Mientras están allí llegan unos hombres con el
cadáver de Boucher, que se ha suicidado porque no tiene trabajo. El señor
Higgins se pone a buscar trabajo entonces para mantener a los niños de los
Boucher. No se lo dan en ningún sitio por pertenecer al sindicato. Margaret le
dice que se lo pida al señor Thornton que en el fondo tiene buen corazón. Él lo
hace. El señor Thornton le rechaza porque no se termina de creer que quiera
ayudar a los niños de otro. Higgins le dice que no debería haber hecho caso a
la mujer que le pidió que hablar con él y Thornton le dice que le diga a esa
mujer que se meta en sus asuntos. Margaret vuelve a casa de Higgins, este le
cuenta su entrevista con Thornton y ella le dice que siente haberle pedido que
hablar con él, que la ha decepcionado. En ese momento entraba el señor Thornton
y así descubre que fue ella quién le animó a hablar con él. Margaret se marcha.
Thornton le dice a Higgins que ha ido para ofrecerle trabajo porque se ha
informado de lo que ha pasado con Boucher y sabe que lo de los niños es cierto.
Luego alcanza a Margaret, le dice que su secreto de la estación está a salvo
con él, pero que debería ser más discreta. Le dice también que solo le habla
como amigo de su padre, que las esperanzas que tenía ya se acabaron.
El señor Bell, amigo del señor Hale y su
padrino de boda, les hace una visita. Conoce al señor Thornton, aunque no
simpatizan mucho. Cuando va a marcharse le pregunta al señor Hale si hay algo
entre Margaret y Thornton. El señor Hale dice que no, pero, según va pasando el
tiempo, el señor Thornton visita cada vez menos la casa. Un día el señor Hale
le pregunta a Margaret si ha pasado algo entre Thornton y ella, y ella le
cuenta que le pidió matrimonio y le rechazó.
Van pasando los meses. Reciben carta de
Frederick. Se ha casado con Dolores finalmente. El señor Lennox, a pesar de que
lo ha intentado, no cree posible que le puedan absolver, así que Frederick ha
renunciado a volver a Inglaterra.
El señor Bell invita al señor Hale a
hacerle una visita en Oxford. Estando allí, el señor Hale muere. Entonces
Margaret vuelve a Londres a vivir con tía Shaw, Edith y su marido el capitán
Lennox. La tía Shaw pasa unos días en
Milton con Margaret. Ella se despide de los Higgins y de la señora Thornton.
Cuando está a punto de marcharse de la casa, aparece el señor Thornton y se
despiden de forma un tanto fría.
Tiempo después el señor Bell visita a
Margaret en Londres y le propone acompañarla a visitar Helstone. Ella acepta
encantada y, aunque hay muchos recuerdos dolorosos, puede visitar a antiguos
amigos.
Margaret vuelve a Londres. El señor Bell
está proyectando acompañar a Margaret en una visita a España para ver a
Frederick. El señor Bell escribe a Margaret para decirle que va a ir a
visitarla, pero el día que debería llegar, llega una carta de su sirviente. Le
dice que está muy enfermo. Margaret insiste en ir a verlo. El capitán Lennox la
acompañan, pero cuando llegan ya ha muerto.
Margaret se convierte en la heredera del
señor Bell. Henry Lennox, que ha pasado mucho tiempo con ella desde que vuelve
a vivir en Londres, se propone conquistarla. Edith, la tía Shaw y el capitán
Lennox ven esa boda con buenos ojos y deciden hacer lo posible por ahuyentar a
otros posibles pretendientes.
Margaret invierte su dinero y se convierte
en la casera del señor Thornton. Un día el señor Higgins le pregunta a Thornton
si sabe algo de Margaret y si sabe si al final van a absolver a su hermano. El
señor Thornton no sabe nada de Frederick y Higgins le cuenta lo que sabe de la
visita que hizo a la señora Hale (ya que Mary trabajaba en la casa de los Hale
en ese momento y se enteró de la visita). El señor Thornton comprende entonces
que el hombre de la estación no era el amante de Margaret, sino su hermano.
El negocio del señor Thornton va cada vez
peor y debe vender la fábrica y dejar la casa.Va a Londres para arreglar unos
asuntos y el señor Lennox le invita a una fiesta que Edith da en casa. Allí
habla un poco con Margaret. Margaret le dice a Henry que quiere verlo al día
siguiente. Henry piensa que quiere hablar de sus sentimientos, pero, cuando
acaba la conversación con ella, Edith le está esperando, le pregunta qué ha
pasado y Henry le dice que no van a casarse. Margaret tiene una cita con el señor
Thornton porque él quiere rescindir el contrato con ella. Margaret le enseña
entonces un plan que le ha pedido a Henry que haga para invertir su dinero en
el negocio de Thornton e intentar salvarlo. Entonces Thornton se acerca a ella,
la abraza y vuelve a declararse. Esta vez es ella la que no se considera digna
de él, pero acaba aceptándole.
De esta forma Margaret supera los
prejuicios que tenía sobre el norte y las personas que viven allí y acepta sus
sentimientos para poder ser feliz.