Alicia está sentada junto a su hermana, aburrida, cuando de repente ve pasar un conejo blanco que, mirando su reloj, exclama que llega tarde y sale corriendo. Alicia siente curiosidad y decide seguirlo. El conejo entra en una madriguera y ella entra tras él. Entonces comienza a caer al vacío y así viaja al País de las Maravillas. En este lugar Alicia vive cosas muy extrañas: hay comidas y bebidas que le hacen crecer o encoger, animales que hablan y se comportan de manera extraña, unos reyes y toda su corte compuesta por cartas de la baraja…
Mientras está en el País de las Maravillas, Alicia vive varias aventuras: el extaño té con el Sombrerero y la Liebre; una partida de críquet con la Reina en la que los palos son flamencos y las pelotas erizos; e incluso se ve envuelta en un juicio en el que la llaman a declarar como testigo a pesar de que ella no sabe nada. La Reina de Corazones acaba pidiendo que le corten la cabeza y todas las cartas atacan a Alicia y se desploman encima de ella.
Entonces Alicia despierta y vuelve a estar junto a su hermana y le cuenta el extraño sueño que ha tenido. Después Alicia se marcha a preparase para el té y su hermana se queda dormida bajo el árbol soñando con la historia que le ha contado Alicia.
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