El amante de Lady Chatterley, D. H. Lawrence

 

   Lady Chatterley (Connie) se casa con sir Clifford Chatterley cuando él vuelve de la guerra (Primera Guerra Mundial) a pasar un mes de permiso. Cuando Clifford vuelve definitivamente a casa lo hace paralizado de cintura para abajo. Connie se convierte entonces en alguien totalmente necesario para su marido, al que ayuda en todo lo que necesita, pues él no quiere que lo haga un criado o una enfermera. Al principio Connie parece feliz con su vida rutinaria en su casa, pero, a lo largo de la novela, vemos que en realidad no es así.

   La característica más destacable de la novela es la libertad con la que se trata el tema del sexo. Tanto Connie como su hermana Hilda mantienen relaciones con hombres antes de casarse y eso se cuenta de forma totalmente abierta. Además, como Clifford está paralizado de cintura para abajo se plantea el hecho de que Connie busque un amante. Lo llamativo es que es el propio padre de Connie el que se lo comenta a Clifford y este no solo no se escandaliza sino que más adelante le dice a Connie que quiere que tenga un hijo con otro hombre (ya que no puede tenerlo con él) para que él pueda criarlo como suyo. Aunque es cierto que tiempo después se plantea la posibilidad de que haya algún modo de que pueda engendrarlo él mismo.

   Como anticipa el título de la novela, Connie finalmente acaba tomando un amante, pero el plan no sale como habían previsto, ya que Connie y su amante se acaban enamorando, a pesar de que ambos están casados. Conseguir los respectivos divorcios no será tan fácil como creen ambos en un primer momento.

   Además del tema del sexo es importante la diferencia de clases y la hipocresía. A sir Clifford no le importa que Connie tenga un hijo con otro hombre siempre que sea de la clase adecuada y que se críe como hijo suyo a ojos de los demás. El padre y la hermana de Connie también son muy hipócritas, ya que están a favor de que Connie deje a su marido, pero no aprueban al hombre que ha elegido porque no es de su clase.

   También es llamativa la forma en que el autor describe los sentimientos de la protagonista. Conocemos perfectamente los sentimientos de Connie y cómo van evolucionando estos a lo largo de la historia.

   Otra peculiaridad del libro es el final. Nos encontramos un desenlace abierto, no sabemos qué ocurre finalmente con los protagonistas. Sí se sabe que los enamorados tienen la intención de acabar juntos, pero no llegamos a saber si lo consiguen o no.